jueves, 1 de julio de 2010

Mi dialogo con Platón

Hoy he comenzado una nueva etapa de mi vida. Tras largos intentos mi papá me convenció de leer los Diálogos de Platón.
- Si quieres no los leas completos, pero tienes que leer la Apología a Sócrates, tal vez te enganchas.- Un expresión que nunca antes me había percatado se desbordaba. Los ojos de mi padre se perdían en añoranzas.
-¿Porque tienes tanto interés en que lo lea?- Pregunte impetuosamente.
- Porque cambio mi pensamiento de una manera abrumadora. Lo leí en las mismas circunstancias.-Volteo al cielo, en plena a referencia a su pasado. -Eran vacaciones de verano, no tenía nada que hacer. Un día en el pequeño librero que mi familia y yo poseíamos. Lo encontré por azares del destino, una edición nueva la pasta dura y lo que me llamo la atención. Su mirada fija en mi. Percibía que sus ojos, con una simple mirada, me conocían a fondo.-
-¿Y que fue lo que hiciste?- En realidad haciendo la pregunta forzadamente, me encontraba más interesado en chatear con las amistades.
-Lo leí y pase uno de los mejores veranos de mi vida.-
-Pues tratare de leerlo, ya tengo muchos libros pendientes.-
-Espera- Mi progenitor salió con rapidez rumbo al estudio.
-¿Qué pasa?-
-Ven acá.-
-Es necesario.- de manera petulante me dirige a el estudio.
-Mira- Me enseño una edición de Los Diálogos-La compre hace 2 años.-
-¡Ah! . Mira que bien.- Con un cinismo digno del mejor político.
-Lo compré pensando en ti.- Me hele ante tal afirmación.-Dale una pasada, si la Apología no te engancha. No te sientas comprometido dejalo. Solo dale una oportunidad-
-Esta bien- Me empezaba hartar la platica y con esta respuesta me encontraba determinado a acabar con la misma.

Hoy era un día de vacaciones como cualquier otro. Me desperté tarde, producto de una tanda de series y películas en la noche. Empezaba a obscurecer. Mi padre dormía.

Me decidí abrí el libro con delicadeza debido al respeto del mismo que a mi padre le infundía. Empece a leer sin un especial interés. Quería probar si las palabras de mi jefe eran verdaderas.
De repente madres, como el me había dicho me atrapó. Creo que fue la rebeldía imperante de Sócrates, pero sobretodo su aplomo ante la muerte. Este verano vacío, en el que me dedicaba la mayor parte del tiempo: a perder el tiempo, cambiaba de rumbo.

Este verano me ha plateado un objetivo muy difícil: Leer de manera consciente y reflexiva Los Diálogos de Platón. Esto pinta para ser un verano inolvidable, tal como hace 30 años vivió mi padre.



P.d: Les dejo un mi fragmento favorito de lo que me dejo sin aliento.


"Ahora que el Dios me ha ordenado, porque así lo creo, pasar mis días en el estudio de la filosofía, estudiándome a mi mismo y estudiando a los demás, abandonase este puesto por miedo a la muerte o a cualquier otro peligro. Verdaderamente ésta sería una diserción criminal y me haría acreedor a que se me citara ante este tribunal como un impío, que no cree en los dioses, que desobedece al oráculo, que le teme a la muerte y que se cree sabio y no lo es. Porque temerle a la muerte, atenienses, no es otra cosa que creerse sabio sin serlo y creer conocer lo que no sabe" Apología a Sócrates- Platón