martes, 18 de enero de 2011

El hombre sin manos

El sonido es realmente desagradable. Es lo único que no soporto del metro, ese sonido que genera al moverse estación a estación, ese pequeño silbidito que todos logran ignorar excluyendolo. Era un día normal, Paolo se aprestaba a llegar a su trabajo. Cerraba los ojos cansados y dormitaba en el asiento vacío. Se despertó tras pasarse de su estación correspondiente. Volvería llegar tarde al trabajo. En ese preciso instante el hombre sin manos entraba impetuosa y caballerosamente. De manera tambaleante empezó a pedir limosna. Paolo llegaba a su destino. Se ruborizaba inmediatamente. No podía dejar de pensar como el desdichado hombre tomaba las limosnas, sino contaba con manos para sostener esa pequeña cantidad de infortunio.

sábado, 1 de enero de 2011

El Hombre Sin Cabeza

El hombre sin cabeza camina por la calle cabizbajo. Desde que termino su larga relación con Miranda, esa sonrisa característica que poseía había desparecido lentamente. Ella seguía trabajando en el mismo café. El hombre sin cabeza recordaba todo el tiempo el día que la conoció. Llevaba meses sin trabajo y el dinero de la herencia no iba a durar toda la vida, su mejor amigo el hombre sin sentimientos(ejecutivo) lo cito en dichosa cafetería.

-Armando esto no puede seguir así-decía el ejecutivo de manera efusiva.
-Claro- no apartaba la mirada de la chica en el mostrador
Desesperado-Esta acabado, su deuda con nosotros llega a las 9 cifras.-
Ni el desinterés del amante después de un poco de sexo era tan consistente.-Si esta bien. ¿Hay algo que pueda hacer?-

De un día al otro, Armando se había convertido en el hombre sin cabeza. En un hombre enamorado.